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Tecnología desarrollada en Escuela de Arquitectura es el primer Modelo de Utilidad concedido a la UDP

2 Abril 2024

Victoria Oyarzun, arquitecta egresada de la UDP y gestora del proyecto “Kit reutilizable de moldajes inflables para viviendas de hormigón unifamiliar”, ha alcanzado un hito significativo, tanto para ella como para la Universidad: la protección de su tecnología por parte de INAPI mediante la concesión de un Modelo de Utilidad.

La tecnología desarrollada por la profesional UDP ofrece una solución práctica y eficiente para la construcción de viviendas unifamiliares de hormigón. El kit, diseñado por Victoria, consta de un molde interior inflable de forma parabólica que define el espacio habitable, junto con un molde exterior de la misma forma, que contiene el hormigón para configurar su estructura. Además, incluye elementos para las uniones de puertas y ventanas, proporcionando una solución integral para la edificación rápida y sostenible.

Desde Barcelona, donde se encuentra estudiando el Master de “Gestión Integral de la Construcción especialidad en Diseño y Cálculo Estructural” en La Salle, Universidad Ramón Llull, Victoria nos ofrece una perspectiva única sobre su proyecto y profundiza en su tecnología, así como en su experiencia al recibir la patente.

¿Qué te llevó a estudiar Arquitectura y cómo integraste el ámbito de innovación a tus estudios?
Al revisar la malla de arquitectura, me di cuenta de que abarca las tres áreas que me interesaban: matemáticas, humanidades y arte. Pensé que la carrera podría ser adecuaba a mis intereses. A pesar de provenir de una familia de ingenieros, donde todos esperaban que siguiera ese camino, no quería renunciar a las artes y las humanidades. Finalmente, durante mis estudios, terminé adoptando un enfoque más ingenieril, aunque inicialmente buscaba algo más centrado en lo artístico y humanístico.

En tercer año, mientras trabajaba como ayudante en análisis estructural y en el curso de laboratorio de construcciones en madera, pude observar y aprender del trabajo que realizaban mis profesores y como integraban la esencia arquitectónica en los cálculos estructurales. Quería replicar su capacidad para apreciar tanto la arquitectura como la ingeniería y ver cómo estas disciplinas pueden complementarse mutuamente. Finalmente, en 2021, realicé mi proyecto de título en el área de tecnología, donde el profesor guía me motivó a explorar el ámbito de la innovación en la construcción. El proyecto respondía a mi interés en combinar la arquitectura y la ingeniería, y cómo ambas colaboran en la creación de soluciones innovadoras. Fue ahí que se inicia el proyecto del Kit reutilizable de moldajes inflables.

¿En qué consiste el proyecto y donde encontraste la inspiración para desarrollar la tecnología?
El proyecto es un moldaje inflable para viviendas de hormigón que se utiliza en situaciones de catástrofe. Surge de las catástrofes que ocurren en Chile y la necesidad de ofrecer ayuda en tales situaciones.

Reconocí una brecha entre las viviendas permanentes y las de emergencia, y noté la falta de una solución intermedia. Por lo tanto, me propuse desarrollar una alternativa que combinara durabilidad con rapidez de construcción. Durante el proyecto de título apareció el bosquejo de esta idea, que era un sistema en el que una estructura inflable se rellena con hormigón, permitiendo que las personas habiten en ella mientras el material fragua. Con los procesos convencionales, el fraguado del hormigón puede llevar entre 20 y 28 días. Mi propuesta es que el hormigón, mantenga su proceso de solidificación de 28 días, pero que la gente pueda habitarlo en 3 días.

¿Por qué la forma parabólica de la vivienda?
La forma fue un aspecto crucial en el desarrollo del proyecto. En el esquema original se asemejaba a un iglú con un solo piso. Mientras avanzaba, surgió la necesidad de elevar la altura, se consideraron alturas de seis y nueve metros, permitiendo además el crecimiento gradual de la vivienda según las posibilidades económicas de las familias. Discutí esto con mi profesor guía, quien me proporcionó una visión estructural, señalándome la eficacia de la forma de parábola en términos de resistencia a la compresión. Por lo tanto, cambié la forma de un iglú a una parábola y de esta forma evité la presión en la estructura inflable, que no podía tener una parte plana superior, porque se deformaría. Adoptar la forma de parábola me permitió mantener la estabilidad del diseño.

Una condición esencial del proyecto es el molde inflable que debe contener el hormigón. ¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentaste para desarrollarlo?
Lo que yo buscaba era que el molde permaneciera inflado mientras el hormigón completaba su proceso de fraguado. De ahí surgió la idea de crear capas que contuvieran el hormigón mientras se endurecía. Para poner a prueba esta idea, desarrollé un modelo a escala 1:10 en yeso, con la ayuda de la universidad, gracias al fondo Prototipa que obtuve ese mismo año.

Durante este proceso, trabajé en la elaboración del patrón del molde, utilizando modelos 3D y extrayendo las plantillas necesarias. Me costó mucho unir y ensamblar el plástico para poder inflarlo. Sin embargo, me ayudó a darme cuenta de que la capa exterior no necesitaba estar inflada. Lo que no había previsto era que la capa interior debería ejercer la presión necesaria mientras que la capa exterior solo serviría como límite. Realizar esta prueba me sirvió también para comprender que tan necesario era mantener el molde inflado durante el proceso de fraguado del hormigón.

¿Que requiere el proyecto para continuar escalando?
Bueno, creo que el proyecto, durante el proceso de titulación, dejó distintos aspectos sin abordar. Hay muchas áreas que se dan por sentadas o que se investigarán más adelante, ya que un año es un periodo bastante limitado para proponer y desarrollar un proyecto completo.

En este sentido, hay varios temas que considero importantes, especialmente ahora que estoy cursando el máster. Por ejemplo, me gustaría profundizar en el diseño de las fundaciones y en cómo este proyecto se conecta al suelo. También me interesa explorar la estructura del proyecto para permitir su crecimiento interno.

¿Cuáles serían los potenciales beneficiarios de una vivienda que se sitúa entre una solución de emergencia y una definitiva, especialmente en el contexto de los desafíos habitacionales que enfrenta el país?
Cuando presenté la propuesta en mi examen de título, estaba investigando áreas de campamentos en dos sectores distintos: uno en Valparaíso y otro en Punta Arenas. Estos campamentos estaban ubicados en zonas de riesgo, los de Valparaíso expuestos directamente a riesgos de incendios y los de Punta Arenas en áreas susceptibles a inundaciones. Mi proyecto consistía en trasladar los campamentos a lugares seguros fuera de las zonas de riesgo, proporcionando viviendas de manera inmediata. Con relación a la vigencia del tema de los campamentos y de los incendios, especialmente en el contexto de las tomas de terrenos, creo que seguirá siendo un tema relevante en Chile durante muchos años, es un problema contingente.

¿Qué expectativas tienes con respecto a la patente?
Me encantaría tener la oportunidad de realizar un prototipo a escala, construir el proyecto y ver en la práctica cómo funciona y cómo se pueden resolver los problemas constructivos y estructurales.

Es importante mostrar a los estudiantes de arquitectura que es posible innovar en la universidad.

En tu opinión ¿cómo ha impactado la integración de la innovación en los estudios superiores?
Cuando empecé el proyecto, la Universidad estaba reimpulsando el ámbito de la innovación. Creo que, junto a mis compañeros, lo veíamos un poco distante o desconectado del campo de la arquitectura. Ahora, ver cómo ha evolucionado este tema, que se ha integrado más rápido de lo que imaginaba, me llama la atención.

Me alegra que mi proyecto haya sido patentado. Considero que es importante mostrar a los estudiantes de arquitectura que es posible innovar en la universidad. Me gustaría que los estudiantes se dieran cuenta que sus trabajos académicos no son solo para recibir una calificación, sino que pueden generar ideas reales y contar con el apoyo de la universidad para llevar adelante proyectos concretos. Me gusta poder promover esta mentalidad entre los estudiantes.